miércoles, 28 de septiembre de 2016

PONENCIA DE LA POETISA XIOMARY URBAEZ

Revista médica Razetti, herramienta narrativa que humaniza, un puente entre las letras y la medicina


Consejo Editorial de la revista Razetti, Fundación Razetti, Dr. Héctor Herrera Guada Dr. Edgar Benítez, Dr. Vicente Guerrero. Señoras, señores, amigos… bienvenidos todos.
 PONENCIA DE LA POETISA XIOMARY URBAEZ
Una de las mayores preocupaciones que afrontan los profesionales, gestores y usuarios de los sistemas de salud, es la humanización de los servicios. La enfermedad y la atención de ésta, constituyen hechos estructurales en toda sociedad, porque expresan no sólo fenómenos de tipo epidemiológico y clínico, sino que también enuncian las condiciones sociales, económicas y culturales, que toda sociedad inevitablemente procesa a través de sus formas de enfermar, curar y morir.

Cuando hablo de humanizar la salud, me refiero a todas aquellas acciones que hacen más humano a los actores que participan en el proceso: profesionales, pacientes, familia, colectividad. Las instituciones clínicas son subsistemas sociales que cumplen la función de socializar a los individuos con pautas y normas establecidas. Infortunadamente, muchas veces el cuidado holístico se ve dificultado por las múltiples tareas de tipo biomédico que relegan acciones como la comunicación eficaz y la interacción cercana. Algo de eso hablaba un par de semanas atrás con el Dr. Vicente Guerrero, un hombre que haciendo honor a su apellido, ha dado la lucha para sacar adelante esta bella obra que es la revista y para quien hoy, antes de continuar, pido un merecido aplauso. 

Cuidado transpersonal, lo denominó Watson. Algo que, sin dudas, ustedes hacen con la revista Razetti, una herramienta narrativa que humaniza. Tanto así, que una vez colgada la invitación en mis redes, recibí una avalancha de comentarios. Prometí hacerles llegar los saludos de Rafael Arraiz Lucca, (ya le di su dirección en Caracas al Dr. Vicente para que le hagan llegar la revista) y, también del artista plástico, Néstor Betancourt, cuya observación fue: “¡Ahhhhhhh mundo! Mi cuadrito en la portada ¡Qué honor!”. Como ven, esta invitación de hoy, es un magnífico puente para esa relación entre las letras y la medicina, una excelente oportunidad para revisar nuestras experiencias, y en lo particular, un desafío excitante como escritora. 


Suprema Providencia, al fin llegaron
a tu morada los llorosos ecos
del hombre consternado, y levantaste
de su cerviz tu brazo justiciero.
Admirable y pasmosa en tus recursos
tú diste al hombre medicina, hiriendo
de contagiosa plaga los rebaños
tú nos abriste manantiales nuevos
de salud en las llagas, y estampaste
en nuestra carne un milagroso sello
que las negras viruelas respetaron.

Andrés Bello, crea su Oda a la Vacuna, en una época en la que la viruela era considerada la plaga bíblica. Como vemos, para algunos escritores fue significativo el aporte de la medicina como saber y, en ocasiones, aun como práctica. Tampoco son pocos los médicos que hallaron en las letras, el campo que les permitiera completar esa vocación humanística que siempre está presente en la tarea del médico. Casualmente recién leí Tres vidas, una familia y un recelo, crónicas escritas por el Dr. Felipe Arturo Pineda Barrios, en donde queda plasmado ese binomio del médico-escritor.
“Soy médico y siento una gran pasión por la Medicina, de modo que el proverbio sobre las liebres (“el que sigue dos, tal vez cace una, y muchas veces, ninguna”) nunca quitó tanto el sueño a nadie como a mí”, escribió el médico y escritor ruso Antón Chéjov en una carta, en 1886, antes de comprar un terreno y poner dispensario y escuela.
El ser humano es el lugar de encuentro de ambas disciplinas, las médicas y las literarias. Las aventuras imaginarias bordean frecuentemente experiencias médicas. La muerte, por ejemplo, tema frecuente en las novelas, relatos y poemas. La muerte, protagonista que domina o disuelve el destino de cada hombre. La muerte, el punto clave que nos invalida y nos completa a la vez, es también la situación extrema que solicita tanto la atención del médico como la del escritor, y tal vez la que hizo que tantos médicos se hayan dedicado a las letras, y que muchos escritores hayan otorgado tanta atención a la medicina.
Humanizar es un asunto ético, que tiene que ver con los valores que conducen nuestra conducta en el ámbito de la salud. Cuando esos valores llevan a diseñar políticas, programa o revistas, estamos humanización., Algo que ustedes vienen haciendo desde hace doce años. Una tarea que no es fácil porque implica una confrontación entre dos culturas distintas, entre dos visiones. Por una parte, una cultura que privilegia el valor de la eficacia basada en los resultados de la tecnología y la gerencia y, por otra, la cultura que da primacía al respeto por la persona y de sus derechos, por su autonomía emocional e intelectual. Con la revista, han reorganizado las prácticas de salud bajo el punto de vista hermenéutico, retratando el compromiso de las tecnociencias en sus medios y fines, con la realización de valores humanos.
Es evidente que las enfermedades, las heridas o la muerte misma, son de interés para los narradores, desde Homero, pasando por Hemingway, hasta Herrera Luque. Sí, el acto médico es de interés literario y también hay páginas literarias que son actos médicos. En la novela Mme. Bovary, Flaubert hace sentir el horror de la muerte por envenenamiento con arsénico en una página notable como escritura y precisa en la descripción técnica. Ciertamente Flaubert era hijo y nieto de médicos, y durante su infancia vivió con su familia en el hospital en el que trabajaba su padre. Hay más ejemplos, el padre de Hemingway fue un médico, así que encontramos frecuentemente en su obra escenas con situaciones médicas.

Es que los orígenes de actividades tan diferentes se encuentran en principios que fueron comunes. Tal vez los médicos y los narradores siempre hicimos magia. Una suerte de Abracadabra. Lo semejante opera sobre lo semejante. En tiempos antiguos los magos invitaban a comer una víbora viva para inmunizar contra los efectos de su mordida. Una idea de la que parte la antigua terapéutica. Mago/médico/escritor, una representación que me viene a la cabeza cuando termino de leer el texto del Dr. Rafael Muci en la revista, titulado El Psiquiatra y el Brujo de Curiepe. Mago/médico/escritor, unidos para describir por ejemplo la estructura del corazón: “la sangre pasa continuamente a la aorta a través de los pulmones como por las dos válvulas de un fuelle para levantar agua”, un texto atribuido al siglo XV del que se deduce que el movimiento de la sangre, se realiza en un circuito constante, movido por los latidos del corazón.

Y es el corazón el que hoy nos convoca a la presentación del ejemplar número XII de la revista médica Razetti; donde, por cierto, también hay un par de trabajos relacionados con la cardiología. Tienen estas hojas un abordaje de lo irrefutable con lo humanístico, de lo técnico con lo social, de lo hipotético con lo práctico, de lo complicado con lo natural, de la medicina con la literatura, en un espacio creativo, en páginas de carácter científico y humanista, que por su calidad ya han sido acreedoras de premios.
La edición XII, viene con todo. Es una exhaustiva combinación de artículos médicos y diálogos literarios de escritores nacionales e internacionales que engalanan ambas disciplinas: Medicina y literatura, desde la óptica irreverente de una perspectiva única. La voz de la Academia expresada a través de los textos en esta bella edición. Un regalo magnífico para la comunidad barquisimetana, venezolana y del mundo.
Conjuntamente con ustedes, el Consejo Directivo de la clínica, la Fundación Razetti, el Consejo Editorial, los colaboradores, los artistas plásticos participantes en el diseño, y el incansable Dr. Guerrero, estoy supremamente orgullosa y satisfecha con el ejemplar, crecido en calidad y por supuesto, en número de lectores. Les doy las gracias por invitarme a participar en esta grata tertulia, que nos alienta a seguir el ejemplo del epónimo, Dr. Luis Razetti, para ponernos a tono con los tiempos que corren, enarbolando una bandera de valores y principios, con participación multidisciplinaria e interinstitucional. Ejemplo que se aplaude y es digno de emular. Muchas gracias.






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