Revista
médica Razetti, herramienta narrativa que humaniza, un
puente entre las letras y la medicina
Consejo Editorial de la revista Razetti, Fundación Razetti, Dr.
Héctor Herrera Guada Dr. Edgar Benítez, Dr. Vicente Guerrero. Señoras, señores,
amigos… bienvenidos todos.
PONENCIA DE LA POETISA XIOMARY URBAEZ
Una de las mayores preocupaciones que
afrontan los profesionales, gestores y usuarios de los sistemas de salud, es la
humanización de los servicios. La enfermedad y la atención de ésta, constituyen
hechos estructurales en toda sociedad, porque expresan no sólo fenómenos de
tipo epidemiológico y clínico, sino que también enuncian las condiciones
sociales, económicas y culturales, que toda sociedad inevitablemente procesa a
través de sus formas de enfermar, curar y morir.
Cuando hablo de humanizar la salud, me refiero a todas aquellas
acciones que hacen más humano a los actores que participan en el proceso:
profesionales, pacientes, familia, colectividad. Las instituciones clínicas son
subsistemas sociales que cumplen la función de socializar a los individuos con
pautas y normas establecidas. Infortunadamente, muchas veces el cuidado
holístico se ve dificultado por las múltiples tareas de tipo biomédico que
relegan acciones como la comunicación eficaz y la interacción cercana. Algo de
eso hablaba un par de semanas atrás con el Dr. Vicente Guerrero, un hombre que
haciendo honor a su apellido, ha dado la lucha para sacar adelante esta bella
obra que es la revista y para quien hoy, antes de continuar, pido un merecido
aplauso.
Cuidado transpersonal, lo denominó Watson. Algo que, sin dudas,
ustedes hacen con la revista Razetti, una herramienta narrativa que humaniza. Tanto así, que una vez
colgada la invitación en mis redes, recibí una avalancha de comentarios. Prometí
hacerles llegar los saludos de Rafael Arraiz Lucca, (ya le di su dirección en
Caracas al Dr. Vicente para que le hagan llegar la revista) y, también del
artista plástico, Néstor Betancourt, cuya observación fue: “¡Ahhhhhhh mundo! Mi
cuadrito en la portada ¡Qué honor!”. Como ven, esta
invitación de hoy, es un magnífico puente para esa relación entre las letras y
la medicina, una excelente oportunidad para revisar nuestras experiencias, y en
lo particular, un desafío excitante como escritora.
Suprema Providencia, al fin llegaron
a tu morada los llorosos ecos
del hombre consternado, y levantaste
de su cerviz tu brazo justiciero.
Admirable y pasmosa en tus recursos
tú diste al hombre medicina, hiriendo
de contagiosa plaga los rebaños
tú nos abriste manantiales nuevos
de salud en las llagas, y estampaste
en nuestra carne un milagroso sello
que las negras viruelas respetaron.
Andrés
Bello, crea su Oda a la Vacuna, en
una época en la que la viruela era considerada la plaga bíblica. Como vemos,
para algunos escritores fue significativo el aporte de la medicina como saber
y, en ocasiones, aun como práctica. Tampoco son pocos los médicos que hallaron
en las letras, el campo que les permitiera completar esa vocación humanística
que siempre está presente en la tarea del médico. Casualmente recién leí Tres vidas, una familia y un recelo,
crónicas escritas por el Dr. Felipe Arturo Pineda Barrios, en donde queda plasmado
ese binomio del médico-escritor.
“Soy médico y siento una
gran pasión por la Medicina, de modo que el proverbio sobre las liebres (“el
que sigue dos, tal vez cace una, y muchas veces, ninguna”) nunca quitó tanto el
sueño a nadie como a mí”,
escribió el médico y escritor ruso Antón Chéjov en una carta, en 1886, antes de
comprar un terreno y poner dispensario y escuela.
El ser humano es el lugar de encuentro de ambas
disciplinas, las médicas y las literarias. Las aventuras imaginarias bordean
frecuentemente experiencias médicas. La muerte, por ejemplo, tema frecuente en
las novelas, relatos y poemas. La muerte, protagonista que domina o disuelve el
destino de cada hombre. La muerte, el punto clave que nos invalida y nos
completa a la vez, es también la situación extrema que solicita tanto la
atención del médico como la del escritor, y tal vez la que hizo que tantos médicos
se hayan dedicado a las letras, y que muchos escritores hayan otorgado tanta atención
a la medicina.
Humanizar es un asunto ético, que tiene que ver con los valores
que conducen nuestra conducta en el ámbito de la salud. Cuando esos valores
llevan a diseñar políticas, programa o revistas, estamos humanización., Algo
que ustedes vienen haciendo desde hace doce años. Una tarea que no es fácil
porque implica una confrontación entre dos culturas distintas, entre dos
visiones. Por una parte, una cultura que privilegia el valor de la eficacia
basada en los resultados de la tecnología y la gerencia y, por otra, la cultura
que da primacía al respeto por la persona y de sus derechos, por su autonomía
emocional e intelectual. Con la revista, han reorganizado las prácticas de
salud bajo el punto de vista hermenéutico, retratando el compromiso de las
tecnociencias en sus medios y fines, con la realización de valores humanos.
Es evidente
que las enfermedades, las heridas o la muerte misma, son de interés para los
narradores, desde Homero, pasando por Hemingway, hasta Herrera Luque. Sí, el
acto médico es de interés literario y también hay páginas literarias que son
actos médicos. En la novela Mme. Bovary,
Flaubert hace sentir el horror de la muerte por envenenamiento con arsénico en
una página notable como escritura y precisa en la descripción técnica.
Ciertamente Flaubert era hijo y nieto de médicos, y durante su infancia vivió
con su familia en el hospital en el que trabajaba su padre. Hay más ejemplos,
el padre de Hemingway fue un médico, así que encontramos frecuentemente en su
obra escenas con situaciones médicas.
Es que los
orígenes de actividades tan diferentes se encuentran en principios que fueron
comunes. Tal vez los médicos y los narradores siempre hicimos magia. Una suerte
de Abracadabra. Lo semejante opera sobre lo semejante. En tiempos antiguos los
magos invitaban a comer una víbora viva para inmunizar contra los efectos de su
mordida. Una idea de la que parte la antigua terapéutica. Mago/médico/escritor,
una representación que me viene a la cabeza cuando termino de leer el texto del
Dr. Rafael Muci en la revista, titulado El
Psiquiatra y el Brujo de Curiepe. Mago/médico/escritor, unidos para
describir por ejemplo la estructura del corazón: “la sangre pasa continuamente a la aorta a través de los pulmones como
por las dos válvulas de un fuelle para levantar agua”, un texto atribuido
al siglo XV del que se deduce que el movimiento de la sangre, se realiza en un
circuito constante, movido por los latidos del corazón.
Y es el corazón el que hoy nos convoca
a la presentación del ejemplar número XII de la revista médica Razetti; donde,
por cierto, también hay un par de trabajos relacionados con la cardiología.
Tienen estas hojas un abordaje de lo
irrefutable con lo humanístico, de lo técnico con lo social, de lo hipotético
con lo práctico, de lo complicado con lo natural, de la medicina con la
literatura, en un espacio creativo, en páginas de carácter científico y
humanista, que por su calidad ya han sido acreedoras de premios.
La edición XII, viene con todo. Es una
exhaustiva combinación de artículos médicos y diálogos literarios de escritores
nacionales e internacionales que engalanan ambas disciplinas: Medicina y
literatura, desde la óptica irreverente de una perspectiva única. La voz de la Academia expresada
a través de los textos en esta bella edición. Un regalo magnífico para la comunidad
barquisimetana, venezolana y del mundo.
Conjuntamente con ustedes, el Consejo
Directivo de la clínica, la Fundación Razetti, el Consejo Editorial, los
colaboradores, los artistas plásticos participantes en el diseño, y el incansable
Dr. Guerrero, estoy supremamente orgullosa y satisfecha con el ejemplar,
crecido en calidad y por supuesto, en número de lectores. Les doy las gracias
por invitarme a participar en esta grata tertulia, que nos alienta a seguir el
ejemplo del epónimo, Dr. Luis Razetti, para ponernos a tono con los tiempos que
corren, enarbolando una bandera de valores y principios, con participación
multidisciplinaria e interinstitucional. Ejemplo que se aplaude y es digno de
emular. Muchas gracias.