lunes, 2 de septiembre de 2019

VIAJE A MIS VERSOS DEL AYER




VIAJE A MIS VERSOS DEL AYER
POEMAS
WILLIAM VILLANUEVA

Portada: Óleo Viaje a la Fantasía, del artista plástico Pastor Meléndez Piña.
Premio Nacional de Pintura costumbrista del Ateneo de Carora Guillermo Morón. 
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1
HASTIO
Hastío
sol
fugaz
Ilusiones
yo.
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2
TU
Nubarrones
sobre
la
acrópolis
de
Atenas
vida
luna
sueño
Tu.
________________________________
3
DONES
Dones
para
Ti
Un
Cocuyo
Prendido
En
Tus ojos.
El alba
Tus
Manos
Mi
Pecho
Tu pecho
Una
Ventana abierta
La soledad.
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4
ALEIXA
Aleixa, altiva
Como zarina rusa,
Busco en antiguos recuerdos
Cuando te conocí
de caminante taciturno,
Cuando llegaste a mí,
Con tu dulzura me enamoraste
Y en mis versos de amor, del ayer
Allí quedaste.
5
PARA TÍ
Para ti con el antojo
de un beso
que provocó la brisa
con olor a duraznos,
me atrajo a tu regazo
tus ojos!
tus manos
como lirios
tu cuerpo cautivo del crepúsculo
como un ave fugaz.



6

Andrea
En mi cuerpo siento tu piel
Adherida
a mis manos
fue un diciembre feliz
el hotelito feo y desarreglado
no me privó
de ver tu esbeltez morena
después de tanto huir
los dos estábamos allí,
por la ventana entreabierta
soplaba el aire tibio
y hacía calor,
quedé solo, así
pensando
largo rato,
ya por muchas horas, cuando quizá estarías acurrucada
en otro cuarto…
de este mismo hotel.
___________________  
7
Fui a lamerme tus pezones en la orilla del alba
Embriagado del almizcle de tu piel
Eres ninfa celestial desprendida del sideral paisaje
Impregnando mis sábanas, tu vergel.
Yo contuve mis deseos
Todos,
Oteando en el paisaje
Los restos del ayer
Había caracoles disecados
Fragmentos de fragmentos cavafianos,
Versos antiguos
Vertidos en desechos de papel.
 

8
ALADA FANTASÍA
Alada fantasía, tú!
brillas en la plenitud de la  luz
Inmensa de   la noche,
grácil, gentil,
amorosa, ensoñadora
imanas, irradias tu belleza…
llenando de nostalgia mis horas.
9
TU AMOR
Tu amor
Restos de lápiz labial
En la pared
Un caos
Una angustia
En cada trago de cerveza
Un grafiti en el cuarto
Una botella de ron
a medio sorbo
En la nevera.
_________________________________
10
ESTOS VERSOS
Estos versos no son antojo alguno
Los escribí  porque en verdad
Soy ave herida en tus manos
Resoplando pensamientos extraños
Turbulentos
Como una noche marítima
Rompiendo olas
Rompiendo en llanto
Ante los amargos recuerdos
De un adiós…

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11
TU Y TU NIÑA
Tú y tu niña
Son la compañía
Que necesitaba para vivir
Las dos tan tiernas
Una cimbreando una sonaja
La otra distraída en remotos
Parajes poéticos
Dispuesta a descubrir mundos lejanos
Absorta en los paisajes
Del anochecer.
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12
DIME
Dime que soy para ti
Dímelo con la prisa 
Que lleva implícito
Un beso
Un verso
Que salga  de mi pecho
Acepto todo
A cambio de esta libertad
De decirte  lo que puedo
De no callar lo que por ti
Siento.
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13
HUIR
 Huir no era lo conveniente
Tú así me lo dijiste fríamente
Sin formalidades
Me pediste
Que fuera valiente
Acaso el acostumbrarse
El uno al otro no llevaría
A perecer aquel extraño
Sentimiento?
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14
VERDÍN DEL CAMINO
Verdín del camino
Ladera
Abajo
El agua con su fuelle
Se lleva el zumbido de los cerros
El croar de las ranas
El cri-cri de los grillos
Pie en barro el muchacho
Sonríe
La neblina cubre su cuerpo.
Verdín del camino
Ladera abajo
Lanzan susurros
Turpiales,  chuchuvas
Y arrendajos.
15
COYAY
El resol me acompaña
Al despuntar el alba
Como un halo mágico
Como el hechizo de los dioses
Que en Coyay sigue el compás del silencio
Tras la sombra de los cauderos
Sombras y cabras y reverberación
Los haces luminosos se pegan al cuerpo
Y es cerro y es largo camino el eco de nuestros ancestros.
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16
SAVIA CRISTALINA
Aquí cual lagartijo asido a las piedras del cerro
Tras la savia cristalina
Baja del Tempero
Baja de Pacheco
Cerro arriba
En la quebrada se oye el murmullo de los duendes
Como a las seis cuando el sol se va cerro abajo. 
17
DON JOSÉ

Absorto él
En los pecados que el clero no disimula
Hubo de emprender
Una mesiánica acción
Que redimiera a los pobres
A los menesterosos
Y harapientos.
En un baúl
Guardaba, celoso, viejos papeles
Con la encíclica del Papa Juan XXIII.
¿Acaso, solía interrogar él, se justifica
A los ojos de Dios
Que su iglesia misma
Se olvide de los descarriados de la tierra?
_______________________________ 
18
MARÍA GUARECUCO
María Guarecuco
No era mujer holgazana
Ella me Contó que hacía oficios
Desde su mocedad!
Su tez parecía mimetizar
El hollín del fogón.
Admirada viejecita
Compañera del  correo de la virgen
De Chiquinquirá!
En mi niñez entraba a aquel
Hogar de calma e inmensa paz.
Ay don José, usted sí la amaba!
Ay don José, usted me enseñó
Que el amor es primordial
Al cristiano
Y hay que sentir temor a Dios
Y respeto a la humanidad.

19
MIEDO AL VACÍO
Miedo al vacío
A la soledad…
Cubo cuyo ludismo
Traspone la palabra.
20
BARTHES
Barthes me habló
A través de la red
Con miedo al vacío
A la soledad.

21
ESCRIBO POR PLACER
Escribo por placer Bhartesiano
Sólo escribo por placer.
En las estrofas de un poema
Se despelleja mi piel,
Se seca mi aliento.
Diseco como el taxidermista 
Los versos del ayer,
Nerudianos tal vez,
Vueltos tequila o ron,
en jirones de tiras de papel,
En mi ocio se desdobla la rima
El desencanto, la risa
Y el placer.
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William Villanueva

Nació en Carora, estado Lara, República Bolivariana de Venezuela en 1.963. Poeta, escritor, cuentista, Cronista. Licenciado en educación, Mención Desarrollo cultural. Autor de Mi Sed Continua, poemas, publicado por Editorial Berkana 1.999: Tinglado de Rostros, 2017, Cuentos, versión digital. Ha sido columnista y colaborador del Diario de Carora; El Impulso; El Diario El Mío, El Diario de Lara y El Caroreño. Su obra además ha sido publicada en el Diario ultimas Noticias, del cual es Miembro del Consejo de Lectores en Línea; en el Diario El Clarín de la Victoria, y en Revistas literarias como la Revista la Casa de la Fragua, del Estado Mérida.
Ha recibido varios reconocimientos como la Orden Luis Beltrán Guerrero, en su única Clase; La Orden Sergio Medina, de la Asociación de Escritores de la Victoria, Estado Aragua. Doctorado HC en Historia por la Fundación de Educación Superior Nueva Andalucía. Premio Nacional de Periodismo José Ángel Ocanto del Ateneo de Carora.

EL SAPITO BRINCÓN Y CHIVO





EL SAPITO BRINCÓN  Y CHIVO


Cuentos infantiles 

William Villanueva.-

Ilustraciones: Artista plástico Domingo Gudiño.


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Co mucho amor y cariño para Leannys quien despertó con su dulzura mi amor paternal.
A su prima Deibimar.
























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PALABRAS DEL AUTOR
Estos cuentitos que hoy ven la luz son un ejercicio de palabras escudriñadoras, de esa tierna curiosidad que nos alegra de la edad candorosa, que convierte en metáforas las cosas más sencillas de la vida. Me inspiró precisamente el candor de una niña, a quien dedico; y además saber que luego de mucho tiempo de laborioso trabajo en talleres de creatividad infantil y en talleres literarios, que podemos sembrar la palabra, sí ésta de verdad se identifica con el ser. A todos quienes han creído en los poderes creadores del pueblo, invocando al gran Aquiles Nazoa, dedico.
                                                                   --O---
  
Todos los días las niñas me esperaban para contarme la historia del sapito brincón. Las dos hacían relación de las proezas del sapito persiguiendo hormigas, coquitos y bachacos. Hacia el mes de octubre con las lluvias, la proliferación de distintas especies de insectos convertía al animalito en una atracción casi circense para las niñas.
Él sapito se introducía por una hendijita de la vieja puerta de madera. Con la algarabía que formaban las niñas ya se sabía de la presencia del diminuto visitante.
Esta es la anécdota que originó esta pequeña historia.



EL SAPITO BRINCÓN
Fui tras un elemento motivador. Recostado en la cocina de la casa ví saltar un sapito sobre los utensilios y cazuelas de la cocina. El sapito me miraba como sonriendo, con gesto de nobleza. 

Atravesado, estaba un enorme cucharón que de seguro constituiría un tremendo obstáculo para el noble sapito. El me miraba preocupado. A esa hora la caza de hormigas, bachacos y demás insectos, es muy  buena. A ratos parecía estirar su lengua engomada con un claro movimiento gimnástico, como preparando su verduzco cuerpo para una escaramuza. De caer sobre el cucharón enorme perdería segundos que en la vida de un sapo supondría el transcurrir de varias horas. 

El me miraba como interrogándome, preguntándome con su mirada qué tal sí salto? Yo me encojo de hombros. No sé la capacidad del animalito ante el reto para responderle. De los anuros, anfibios o batracios, que entiendo que no tienen cola, son las ranas las campeonas olímpicas en salto. Sin embargo el sapo se vé muy decidido. No ha dejado en ese tiempo de mirarme; ahora con rostro serio e intranquilo. Parece que ha pasado mucho tiempo, minutos enteros, frente a la enorme cuchara sopera, mientras una hilera de hormigas negras viene de degustar restos de una gaseosa de cola, casi borrachas, por un boquete de la cocina por donde ya se ven los rayos del sol.
Al inicio de la mañana no supe nada más del sapito, quien en un alarde de atleta dio un salto largo, se elevó en las alturas cayendo, por error de cálculo, en el fondo de la olla más grande de la cocina.     


SE FUE…
El sapito brincón
Salió por un resquicio de la puerta
antes que las niñas cumplieran la advertencia
de te vamos a dar pao pao.
pero era una mentirita inocente
pues ahora ellas dicen con nostalgia
mirando la puerta
el sapito se fue…


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CHIVO
De un lugar muy retirado del poblado nos trajeron de regalo un minino, un gatito, que a pesar de su corta edad ostentaba visiblemente que se desarrollaría en un felino fuerte y cazador. Pero extraño! El gatito no articulaba ni un solo miau. Que extraño!
Soportaba las bromas pesadas de los niños vecinos y él callado, silencioso. Oh! Ese gato hay que echarlo! No! Decían los niños de la casa, mejor si no maúlla, no es necesario que un gato sea chillón  para que sea gato.
Con el correr del tiempo a pesar de su extraño silencio se dio a querer y respetar, porque era como un juguete real. Los chicos le amarraban infinidad de cosas y echaba a correr, y tras él todos los niños para tratar de atraparlo, cuestión algo enojosa porque él se subía a lo alto de un cují y los niños querían trepar también. Así no conviene ese gato, decía mamá. “Hay que echarlo al aseo urbano”. Pero mamá era la principal apoyadora del gato silencioso, y al rato convenía en que el gatico no causaba ningún problema. Mas hubo un tiempo después de los prolongados inviernos de octubre que comenzaron a proliferar ratas feísimas, que mamá horrorizada veía todas las noches formar festín en la cocina. Qué horror! Decía-y ese gato torpe que no sale a cazar, qué hacemos? Contratar una fumigadora profesional? Y nuestra salud? Y el daño al ambiente?  No! Hay que buscar otro gato! El fiel gato tenía por costumbre flanquear siempre  a la dueña de la casa, que no sabía lo que estaba a punto de ocurrir. En uno de sus momentos de rabietas pasajeras echó atrás y pisó al minino y éste en ves de maullar lanzó un meeeeeeeeee que se oyó en todo el vecindario. La dueña y señora de la casa que giró,  dio un traspié, a punto de caer,   no se enojó del todo porque reconoció cierta culpa suya al pisar el gatito y dijo: _Ahora si nos compusimos, no tenemos un gato, sino un chivo, válgame Dios, válgame Dios.
El pobre gatito quedó todo adolorido en la cocina, desde donde se oía su meeeee, meeee.
En la mañana, los niños, ni cortos ni perezosos, bautizaron al gatito con el nombre de Chivo. Chivo permanecía metido en un rincón de la cocina del cual no quería salir.
Una noche tras escuchar los disgustos de mamá con las feas ratas que salían del albañal de los vecinos, Chivo permaneció ahí en su rincón con su meee que se oía  a leguas. Los vecinos decían: en esa casa no tienen un gato sino un chivo, y se reían.
Puede un animalito llegar a sentir las burlas humanas? Claro que sí. Lo cierto es que esa noche Chivo con su meeeee prolongado ante la embestida de los horribles animales salió en defensa del hogar que le daba calor y los hizo huir, luego de deshacerse de algunos de ellos. Quizás estos creyeron en algún momento, que de verdad Chivo no era un gato, por su extraño maullido, sino un chivo de verdad.



William Villanueva



Nació en Carora, estado Lara, República Bolivariana de Venezuela en 1.963. Poeta, escritor, cuentista, Cronista. Licenciado en educación, Mención Desarrollo cultural. Autor de Mi Sed Continua, poemas, publicado por Editorial Berkana 1.999: Tinglado de Rostros, 2017, Cuentos, versión digital. Ha sido columnista y colaborador del Diario de Carora; El Impulso; El Diario El Mío, El Diario de Lara y El Caroreño. Su obra además ha sido publicada en el Diario ultimas Noticias, del cual es Miembro del Consejo de Lectores en Línea; en el Diario El Clarín de la Victoria, y en Revistas literarias como la Revista la Casa de la Fragua, del Estado Mérida.
Ha recibido varios reconocimientos como la Orden Luis Beltrán Guerrero, en su única Clase; La Orden Sergio Medina, de la Asociación de Escritores de la Victoria, Estado Aragua. Doctorado HC en Historia por las Fundación de Educación Superior Nueva Andalucía. Premio Nacional de Periodismo José Ángel Ocanto del Ateneo de Carora.




LA GRADUACIÓN


Rememorando su infancia inicia Juandemaro Querales su más reciente obra La Graduación, alargue de la saga familiar que toma como hilo conductor de la narración añoranzas de la época de la defenestrada dictadura perejimenista.

 La casa patriarcal invade el microrelato con toda la fuerza gravitatoria que encierran sus imágenes, “su densa atmosfera que produce escalofríos”, según el autor, con sus “señales”, “viene a corroborar que existe una continuidad del tiempo”.
Poco a poco irá mostrando la urbe actual con su nueva fauna de indigentes pelos pintados que irrumpen la tranquilidad de la medianoche, para contarnos su travesía perenne por las oscuras calles hasta completar la jornada idílica de estar con su amada doncella.
20 poemas forman la parte poética de La Graduación. En el espacio existencial de su trajín diario el poeta va pasando revista de los avatares de la gente ante la clase política convertida en carceleros de los venezolanos.



LA GRADUACION

El general de la Guardia Nacional, había venido al acto de graduación de bachilleres de su sobrino. Lucía su uniforme de gala. Con cepillos en sus hombros. Su gorra adornada con hojas de laurel y su bastón de general de brigada.
  .
En el acto académico, el antiguo soldado raso, era el centro de las miradas y el único tema de conversación de los graduados y sus familias. Eustaquio se lo había entregado al general Eustoquio Gómez, para que lo hiciera un hombre.

Este campesino, pastor de chivos en el campo Caroreño. Fue estudiando y ascendiendo en la nueva fuerza creada por el Presidente López Contreras, hasta convertirse en el primer general del grupo armado cuya divisa es “El honor es su divisa”.  


LA INAUGURACION DEL OBELISCO

Cuando el “cochinito” Pérez Jiménez vino a inaugurar el Obelisco de Barquisimeto. Como regalo del gobierno a la capital del Estado Lara, en ocasión de estar cumpliendo 400 años de su fundación. El “gordito” de Michelena mandó de Caracas su caravana de carros negros. Viajando el por arriba en su avión llamado La Vaca Sagrada”. Mientras el dictador celebraba con la burguesía barquisimetana en el Country Club. Mi tío Juan Bautista Querales Mosquera, nos paseaba a mi y a la familia por el parque Ayacucho, en la limosina negra marca Cadillac. Carro presidencial, que me iba a imaginar que con ese detalle estaba disfrutando de forma irresponsable, de las mieles del poder.

Pegado a los vidrios del asiento trasero, veía la ciudad y a los peatones caminar hacia el monumento por la amplia avenida, también recién inaugurada. En el parque Ayacucho se  había adornado los arboles con banderas y retratos a todo color del déspota.

Esa misma limosina negra, años después fue volada por una bomba activada por control remoto al paso de la caravana presidencial, hiriendo al Presidente Betancourt en el paseo de Los Próceres y se les quemaron las manos.


LA CASA RETOMADA


Me parece imposible que haya retomada la casa de mis antepasados. Fueron cinco años de espera. Cada cierto tiempo me impacientaba por el desdén que mostraba el inquilino. Juré sacar a esa familia aunque en el intento se me fuera la vida.

La casa paterna ha recibido varias reconstrucciones. Pero nunca se ha dejado caer. Conservarla en buen estado es permanecer fiel a la memoria de mis ancestros.

La casa ejerce sobre mi, una atracción que se expresa con un dejo de misterio. Sobre cuartos y pasillos hay una densa atmosfera que produce escalofríos. En  especial la habitación más grande. Cuando estoy en su interior me traslado como la Madeleine de Proust a la infancia. Con el tío Juan que nos recibía en vacaciones y estaba pendiente de mi y de mis hermanos. Ha sido difícil olvidar a mi querido tío, fallecido antes de los 60 años. No he ido nunca al viejo cementerio de la ciudad. Quiero mantenerlo en la memoria, como era en vida. Impidiendo que la memoria corrompa lo edénico de aquella época.

Dormía recientemente en la vieja habitación, como a las dos de la mañana. Todo estaba a oscuras. Orelis dormía profundamente. Cuando la pesada puerta se cerró. Nunca he sido testigo de algo como eso. Lejos de sentir miedo. Esperando que algo como eso, rompiera el silencio acostumbrado de la vieja casa y sus rincones.

La señal de la vieja puerta, viene a corroborar que existe una continuidad en el tiempo. Saga familiar que ha permanecido durante cien años y que necesita influir sobre el último representante de la etnia, quien se vale del lenguaje como último recurso para instalarse en la tradición.


LA CALLE A OSCURAS

En estos tiempos de oscuridad, en un país donde siempre se va la luz. Debido a que la racionan por el colapso que presenta la compañía de electricidad.

Por esta causa, todas las noches cuando regreso de visitar a mi novia Orelis. Me interno en la densa oscuridad de las calles del barrio Pueblo Aparte. A tientas y a gatas recorro las casi seis cuadras que me separan de la casa en que funciona el Ateneo.

Todas las noches, cuando son las nueve de la noche. Me despido hasta el otro día a las seis de la tarde. Para emprender el recorrido de regreso a mi vieja casa de la calle Camacaro. Ya es normal que este regreso lo haga con gran nerviosismo. El asalto del que fui victima, en la placita de la virgen, frente al Mercado municipal, me provocó una paranoia. Allí me golpearon dos chamos, para quitarme mi bolso de tela de bluyin. Provocándome  heridas en piernas y brazos. Esta paranoia me hace imaginar un asalto en cada esquina y recoveco, siento que me salen unos malandros a darme golpes sin piedad. Nerviosismo que termina al llegar a la calle San Pedro. Allí me siento seguro, por que se, que en la acera de enfrente están conversando mis vecinos bebiendo café que nos regala Wilmer.

De la ciudad y su racionamiento de luz he dejado testimonio. También del  amor que siento por Orelis. De mis visitas nocturnas a su casa de la Loyola. A oscuras, siempre temiendo ser atracado en cualquier rincón del recorrido. De los tiempos en penumbras, mi amor y los habitantes de la pequeña urbe, guardaremos estos instantes explicados a través del fatalismo por el futuro que nos cayó a todos los que estamos en este laberinto.


VIVA LA PENUMBRA

A las 9 pm comienza mi calvario para regresar a mi casa. Orelis comienza a correrme a esa hora de la noche. “Un día de estos te van a matar en esa oscurana” Dice, y me despide en la puerta. El país se ha venido a pedazos. No queda nada en pie. Pareciera que una guerra civil, o un fenómeno natural como un terremoto o un tsunami. Se abalanzó sobre Venezuela. Nunca una sociedad había padecido una dictadura predadora.

Primero destruyó su base material. Después sacó a sus habitantes, quienes le huyen al tirano. En este país no hay medicinas, no hay alimentos. La inseguridad campea por sus calles y barrios. La gente se muere de mengua y de hambre. Los servicios básicos escasean, no hay agua, no hay luz.

Hoy se cumple una semana en que se fue la luz. La tiranía solo dice que se debe a un ciberataque que hizo el imperio norteamericano desde Boston y Washington.

EL REGRESO

Cuando Orelis me echa a la calle a las 9 de la noche clavada. Vengo a tientas. Llevándome las vainas por delante. En estos días tropecé  con la guaya del poste de luz de la Clínica Loyola. Después de la mentada de madre y la cabeza adolorida. Sigo mi caminata. No sin antes ir con mucho cuidado. No vaya a ser que caiga en la alcantarilla, en la calle donde tiene la frutera don Héctor.

Con el culillo de siempre, busco la luz de los carros. Los vecinos a esa hora están sentados en las aceras, interrumpiendo el paso. En la fachada de sus casas se refrescan del calor de la noche.

Quiero llegar rápido a la placita de la virgen. Mi paso por el Leteo. Al no más llegar a la calle Lìdice. Veo a la distancia a las gentes sentadas en las aceras, aprovecho el reflejo de la luz de los carros. Nada más al verlos o imaginarlos me siento seguro. Con el recorrido de hoy me siento medallista olímpico de este maratón de la muerte. En ese se ha convertido la vida de millones de venezolanos, que como yo, padezco el comunismo radical que nos aplica el déspota de Nicolás Maduro.


INDIGENTES PELO PINTADOS

Cuando llego a la placita de la virgen frente al mercado municipal. Se me acelera el pulso. Me suben los decibeles del culillo. Creo ver a los indigentes con el pelo pintado de amarillo, que se me vienen encima. Tumbándome en la acera y me golpean para quitarme el bolsito de bluyín azul. Antes de llegar a la placita de la virgen, como todas las noches a las 9 y 30, mi mente enferma imagina que voy armado con una 9 milímetro,  o un palo o mejor la botella de agua que cargo en tiempos de sequía. Pienso darles por la cabeza para despintar al pelo amarillo. Y le saco un ojo a cada malandro.  Ya voy llegando a la esquina y veo a una familia completa cogiendo fresco. Eso me tranquiliza. Como todas las noches los saludo mentalmente. Pero no responden y acelero la marcha: Consigo a Rufinita que esta agachada y me dice “camisa azul”.


EL DIA QUE CAYO LA DICTADURA

Mi papá había pasado el día en interiores de pierna. Desde que oyó la noticia por radio, que huyó Pérez Jiménez en su vaca sagrada, y que dejó olvidada una maleta con 500.000 dólares. Estuvo celebrando por las calles de Barquisimeto. Siempre en interiores manga larga.

El dròn había sido elevado en el Parque de la Iguana. Una gran muchedumbre se había concentrado en la Iglesia Corazón de Jesús  de la Loyola. Nadie recordaba una concentración tan grande. Solo la Procesión de la Chiquinquirà de Aregue los primeros de octubre mueve tanta gente.

Este pueblo tradicionalmente ha sido insensible. Nada lo conmueve. Pero hoy 23 de enero se cambiaron los papeles. Todo mundo se echo a la calle. La gente pide a gritos la salida del tirano. El pueblo esta frustrado y cansado de tanto abuso, del hambre, las enfermedades. Ese día todo el pueblo marchó y recorrió la ciudad de la seca a la meca en versos de Ramón Querales.

Día memorable, porque allí supe, que el país cambió. Que está cerca la reconquista de la libertad y la transición hacia la democracia.

EL ALUDIDO

El hombre creyó que podía amedrentarme. Quiso amenazarme desde un primer momento. El sujeto decía “ese soy yo”, solo falta que me pongas el número de cédula.

Que vaina se le presenta al escritor, cuando un lector confunde un texto literario con la diatriba. Este anónimo lector con un ejemplar de periódico, insistía que la narración se refería a él.

Lo curioso es que la novela “El gallo de las espuelas de oro” de Guillermo Morón, mucha gente se sintió aludido, argumentando que el heterónimo se estaba refiriendo a  equis persona.

Lo arrecho, es que esas personas que decían ser ellos: quemaron en una gran pira ejemplares de la novela. El Torres de la calle San Juan, fue el sitio escogido por los pirómanos. Convirtiendo el celebrado libro que nos retrata de cuerpo entero en hollín.
“Que yo soy un hombre  público”, que la gente me conoce. Qué ironía porque la gente de mi barrio, solo veían a un viejo gordo, con una camioneta que no era de él, hablándole a un poeta parecido al rebaño.



  
POEMAS DE JUANDEMARO QUERALES
SOMBRAS Y  TROPIEZOS

La vida es más que deseos
Seguir arriba de los libros
es una manera de permanecer
atado a un destino que lo marca
el amor de mi mujer

II-
Estoy arrecho, frustrado
la elite gobernante
Transformó la cuarta economía
del subcontinente latinoamericano
en un lodazal
con una población que se muere
de mengua y de hambre

III-
Leo la Biblia una vez al año
ya que busco congraciarme 
con Dios y su hijo Jesucristo
La edad senil  me lleva
a refugiarme en los monoteísmos
Acompaño a mi mujer
a la misa los fines de semana
a veces me cae la duda
de si hay una vida
después de morir
para disfrutar de la paz eterna
allá en los cielos

IV-
Pienso que el final de la tiranía
está cerca
no hay que desesperarse
tenemos veinte años en eso
de la caída de la dictadura
Nadie sabe en qué momento
esta vaina se vino al suelo
entronizándose esta fauna
de corruptos y asesinos
en Miraflores

V-
Espero que antes de fin de año
se instaure la democracia y la libertad
y regrese la diáspora
mi hijo Caupolicán  y mi hijo Raphael David
se reúnan en familia
y podamos disfrutar la ocasión
oyendo a Oscar De león y la Billo Caracas Boys
comer un pabellón criollo
Que poca cosa añoramos vivir
VI-
Leo durante el día
es lo único que tranquiliza
no creo que haya otra actividad
mas satisfactoria en este mundo
Por añadidura engarzarse en la literatura
Para  contemplar y participar
de la experiencia de transformar la realidad
en lenguaje

VII-
No concibo el mundo
sin la literatura
ni las caminata
por la pequeña urbe
sin las conversaciones diarias
con el poeta José Adán
La poesía, el caminar, el verbo
Así es la rutina cotidiana
del hacedor de lenguajes

VIII_
El viaje de la Reina de Saba a Jerusalén
con su caravana de Caballos y Elefantes
cargados de oro para conocer al Rey Salomón
no corresponden a la belleza de ébano
si no al Rey de Mali Mara Musa
Quién con su cargamento de oro
en su viaje a la Meca
desató una hiperinflación
durante varios años

IX-
A veces me siento observado
Sin estar loco
Pienso que estoy en compañía
de mis antepasados
mi Madre y mi tìo Juan
también mi Padre
Es la memoria que pugna por salir
en forma de lenguaje

X-
El que torció la historia
de esta tierra de promisión
No pensó en la tragedia
que ha representado
el que hayan emigrado
miles de compatriotas
huyendo del tirano
incluyendo a tres de mis hijos



XI-
Noches de observación del firmamento
En la bóveda celeste
En la penumbra en que se convierte
la casa de la Loyola
En la pequeña urbe
se raciona la luz eléctrica
Como un nuevo Tolomeo
busco en el espacio sideral
constelaciones, estrellas, satélites
avión de pasajeros
cuyo destino es cualquier
capital latinoamericana.

XII
Estar en una cola durante horas
para procurarse hasta lo mas mínimo
eso es lo busca la tiranía
como control social
autoritarismo que busca
por todos los medios
que nos resignemos a vivir
esta mala vida




XIII-
Quiero seguir
borroneando cuartillas
en esta soledad de mi lar propio
He venido recorriendo anillos
Que son como vidas que ya no recuerdo
Liberar y apisonar
Esa insomne memoria
Que en buena hora me la dio Dios
Como me ha servido
Para  llegar al borde y aun mas allà
de la cronología vital

XIV
No acostumbro visitar a mis muertos
en los cementerios del Estado Lara
Me da vértigo cuando leo la lapida
Que rápido vivieron su existencia
Solo aspiro llegar a la centuria
Y poder seguir en la grafía
mi aventura memoriosa
por los intersticios del destino


                                


XV
A excepción de la gran Manuelita Sáenz
todas las mujeres de don Simón el Libertador
eran feas y viejas
en opinión del ilustre historiador
Salvador de Madariaga


XVI
En el mismo cuarto
donde mi Madre pasó gran parte de su vida
para morir a los 86 años de edad
El hijo, el de la memoria febril
evoca a la mujer de sus sueños
esa morena de boca pequeña
de tamaño diminuta
que busco entre sueños
idealizándola en el jardín de las delicias


XVII
Mi morena de hablar fluido
con exactitud en la conversación
Deja que le acaricie ese cuerpo atesorado
Me le duermo en su corpiño
y le pido besitos mordelones
quiero apretarla hasta perderla
entre mis brazos
como en la letra de un viejo bolero

XVIII
Me gusta entablar largas conversaciones
con mi morena a quien le expreso
mis deseos eróticos por las noches
meciéndome en mi hamaca de colores
Deseos que se repiten a lo largo de los años
Solo se ven interrumpidos
cuando cualquiera de los dos
recuerda viejos amores idos

XIX
Este amor que siento por Orelis
Resiste las pruebas más exigentes
Lluvias torrenciales, apagones de luz
que duran una eternidad
Asalto de ladrones y agresión física
No me amilanan, ni me quiebran mi pasión
Permaneciendo a su lado
hasta el fin de la historia

XX
Solo la página en blanco
Y la memoria incandescente
Facilita la permanencia en la criba
De esta pareja enamorada
Esta lirica es la prueba fiel
Dando origen a este poemario
Que forma parte de la tradición literaria
En un país que hierve de contradicciones
Sobre el futuro inmediato





Carora, mayo de 2019