miércoles, 25 de enero de 2017

CURIOSOS


Es un honor traer a Libros en Digital: Curiosos, del escritor caroreño Juandemaro Querales. Los recuerdos ignotos de su existencia, las voces que deambulan entre los recodos de la vieja casa hasta la perenne ceiba que alienta los recuerdos se funden con el cíclico discurrir de imágenes de la pequeña urbe al paso de la bicicleta.
Ilustración: Composición a base de imágenes de Julio M. Prado


CURIOSOS

Juandemaro Querales.

Poesía.

I


Hoy, recurro nuevamente

a este sagrado acto


Hilvanar como siempre


Estos códigos contenidos


En lo más profundo de la nada


Han vuelto a la superficie


Cuando el interés por la hembra


Puebla mis sueños húmedos



II

Dicen que la masturbación


Previene el cáncer de próstata


El único temor que abrigo


es que transcurran los días


Sin sobresaltos ni novedades


En el rincón de la celda


Que como asceta espero el último aliento


III


El hombre era alto, desgarbado, silencioso


Sin vicios, solo el juego


Cuando se ponía erecto


Sofocaba las ganas sobre el cuerpo


De la Sefardí cautiva


Nueve meses duro la encerrona


La niña producto de su alta frecuencia sexual


En que transcurría las noches de apareamiento


Espera en un recodo


Del patio interior de la casa solariega


La voz contenida en el pecho del patriarca


A la espera que emita el último suspiro


Para llevarlo en el coche fúnebre


Hacia el hades de la aridez


IV


Los orígenes Sefardís


Representados en el obelisco de piedra


Del primer representante de la estirpe


En el desierto que embota los sentidos


Nunca se pudo desprender


Del abandono


La solicitud del macho dominante


En la tranquilidad de la vejez


Verla de moño y vestido encarnado de encajes


Con Eustaquio a un lado


En una falsa Plaza de San Marcos en Venecia


En un recóndito y lejano lugar


V


Por que regresan esas voces y personajes


Al interior de casas y jardines?


Que ya nadie visita


Será que están recogiendo sus pasos?


Últimamente he sentido


La presencia de viajeros


Huidos y desaparecidos en el tiempo


Hablan y comentan en el recibo


Esperan por alguien


Que no termina de desprenderse


de la existencia


VI


La noche ya no infunde miedo


Ni los cuartos solos


Con objetos en su interior derruidos


Llenos de polvo


La imagen de la progenitora


Flota con su andar lento


Por los pasillos y los patios


Sembrados de cayenas


Con mi desaparición


También se irán


Mis visiones y el crujir de los muebles



VII

Voy para un año de estar


En este exilio involuntario


Pero la mujer que ocupa mis sentidos


No aparece por el pretil de la puerta


Cuando no la imagine


Descendiendo de la buseta


Es la señal de que el duelo se cerró


Ahí si es peligroso


Equiparé la bicicleta para salir todas las mañanas





VIII

La soledad me hace mal a veces


Cuando riñes por el celular


Que es siempre


Un vértigo recorre mi estomago


He aceptado el abandono


Pero acaricio una mínima esperanza


Que vendría a reunirse conmigo


En la casa del ombligo enterrado




IX

El más pequeño de la estirpe


Reclama cuando lo llamo tarde


En la noche calurosa del semiárido


Este pequeño David


Nacido en el otoño de mi existencia


Es lo que me incita a practicar ciclismo


X

Quienes son esos de miradas perdidas?


Cuyas ropas ajadas denotan descuido


Que durmieron sobre cartones en el suelo


Nerviosos, intranquilos, temerosos


Del disparo y el cuchillo en el estomago


Que ocurrió en estos tres lustros?


Donde el rebaño se empobreció


Cuyos rostros reflejan rabia y frustración





XI


La lectura del Talmud


Pasajes de la Biblia


Detenido en el Cantar de los Cantares


Con Fray Luis de León y Ali Lameda


Que contraste


En esta porción semiárida del mundo





XII


La navidad y año nuevo


Sirvieron para que yo


Extremara los cuidados a la Plaza


Con busto de Guillermo Morón y esculturas de Noel Hernández


Recojo las hojas secas de la Ceiba


Que se desnuda por primera vez en el año


XIII


Las Torcazas, el Chemeco y el Cristo Fue


La bandada de Loras verdes


Enloquecen con sus cantos


Las frescas madrugadas


En que no consigo que escribir


Ahora leo al Uslar Pietri de los inicios


XIV


Esta casa de mis mayores


Se ha posesionado de mí


Encarcelado entre sus muros


Imagino que de ahí saldré


a la cita de Escritores en lo alto de la Cordillera


a hablar de la Anaconda del País de la Canela


de Fernando Soto Aparicio y Juan de Castellanos


XV


Poesía y ciclismo al amanecer


combinación perfecta


para sobrevivir en la soledad y el silencio


del Villorio medieval


en el semiárido de mi alma agotada


XVI


Al pequeño David


Le enseñaré a observar la Luna y los Astros


Porque conmigo no lo hicieron


ni mi Madre ni mi Tío


modelos a seguir


A mi Padre comencé a valorarlo


al final de su vida



XVII


En la bóveda celeste


hay muchas de las respuestas que deseo


a mis enigmas que me atormentan


Lo breve de la existencia


La muerte que ronda a la Colmena


Que obliga a clausurar cuartos


En la vieja casona que detesto


para que los difuntos disfruten en su Limbo


XVIII


El sol que taladra la piel


Y enceguece con su Calina


Aquí no hay cambio de estaciones


Solo mi tía con su locura anual


recrea insistentemente a Rio Paují


evoca Tigres, Serpientes y Avisperos



XIX


No hubo niña a quien admirar


Solo arreo de Burros cargados con leña


atravesaban la aldea en las mañanas


Sentados en cuclillas como los antiguos Ajaguas


devoraban el condumio en platos de peltre


XX


No alcance a despedirme de mi Madre


en su lecho de muerte


Ya que un juego de barajas me distrajo


en los Burdeles de la Zona de Tolerancia


Madre y Divina Pastora


Conmigo en el centro forman la hipostasia


de mi adoración personal

Carora, enero 2015





XXI


  LOS DUELOS

Ante la imposibilidad de elaborar mi duelo
quiero enloquecer por momentos
En mi memoria histórica
hay una larga tradición
A geronimita cada vez que era navidad
llamaba  a gritos como Lobo en celo
al “cojo” Victoriano
deseo vivo por la carne pecaminosa
que la conducía la reino del olvido

     

 XXII

LA PERDIDA

Hoy, a escasos meses de estar solo
el deseo contenido y la esperanza de algo
hacen insoportable el hastío
Que cruel es la existencia
Cuando en el atardecer de la vida
clamo por una compañera
Que  celebre mis largas conversaciones
Con amigos reales o los que se han ido
Recogidos por mi febril imaginación en las madrugadas



 XXIII

HOY TAMPOCO VISLUMBRO NADA

La vida es tiovivo
que deambula de un lado a otro
El pequeño David me ayuda en el trance
al buscar compañía y no hallarla
en ningún cuerpo
Es la incapacidad de relacionarme
Hoy amanecí lento para practicar ciclismo
Me hundiré en las páginas de los diarios
para escribir diatribas contra el gobierno



 XXIV

UNA DIATRIBA CONTRA LA SITUACION

Así en abstracto
suelo imaginarme que los Periecos
invaden los supermercados  y casas del poder
La radio y la televisión
dicen y muestran a pacíficos ciudadanos
caminando entre el enjambre
de rostros acongojados y temerosos
Para hoy se espera vivir
la noche de los vidrios rotos



 XXV

VIVIR EN EL FILO DE LA NOCHE

El primer estadio de la muerte
es la locura al no saberse vivo
Prefiero leer el génesis
y las recomendaciones del Talmud
al no saber si la existencia continua
en lo semiárido cuando la gente en la cola
solo hace conjeturas ante la inquietud
de saber que producto expenderán




 XXVI

HE QUERIDO ENLOQUECER

Hoy he querido enloquecer
siento el llamado de la sangre
Soy el heredero de una etnia maldita
Recobro el sentido y me refugio en la palabra
El solo pensar en el pequeño David
el Benjamín de la tribu
tomo aliento y prosigo mi marcha




 XXVII

MI REGRESO HA ESTADO ACOMPAÑADO

Mi regreso ha estado acompañado
de disgustos y malos entendidos
Paso la escoba por los pasillos y los cuartos
ya que eso me tranquiliza
El cosmos y mi espíritu errabundo
se preparan para la próxima aventura




 XXVIII

VIAJES

Cuando viajaba alrededor de tu cuerpo
No alcanzaba a llegar al Ecuador
Cuando iba por la  rodilla
pasándote la lengua aspirando tu rico olor
Eyaculaba como un idiota
Es la consecuencia de los años
Me decías dándome la espalda



 XXIX

A  LA EUROPA DE LOS REYES Y LOS PAPAS

Nunca te cumplí con la promesa de llevarte a Europa
Solo el rito de chuparte los pequeños pezones
me trasladaban al otro lado de la tierra
Querías visitar el Louvre y Roma
Ir a la Capilla Sixtina
Ver la Creación de Miguel ángel
Pedir por el hermano muerto en la flor de la vida
Y exigir para ti la canonización




 XXX

VIAJE A SANTA ROSA

Cuando llego por fin el 14 de enero
No pude vencer mis aprensiones
Y opte por no ir con la muchedumbre
más grande del Hemisferio Occidental
A mi edad es difícil
cambiarme de religión y de mujer
Soy un materialista agnóstico



 XXXI

VIAJE  A LA TASCA DE CHILO

En mi recorrido homérico por la Ítaca
del Mediterráneo semiárido
no volví a pasar por la Tasca de Chilo
Me prive de encontrarme con Sirenas
y los monstruos Escila y Caribdis
Solo un par de Lacedemonios
que golpeaban a otro ciclista
veían mis ojos incrédulos




 XXXII

LAS SEÑALES DEL CIELO
Cuando navego en mi mar interior
como todas las mañanas
Me guindo en el cuello mi Escapulario
Con el tengo mejor vista y equilibrio
Soy el único senil que no tropieza con la misma piedra
Si la entropía acaba con la vida
No habrá hombre ni bicicleta
Ni viaje de Ulises y menos Mar Mediterráneo



 XXXIII
LOS JUEGOS DE MI HAMBRE

Para que pelear desde muy temprano
La realidad se ha tornado pesadillezca
Cuando las colas hayan terminado
unos despojos se moverán intermitentemente
en las pupilas agotadas del niño



  XXXIV
LA CASA QUE LLEVO DENTRO

Duermo en su interior
sintiendo una tranquilidad beatifica
Antes me sobresaltaba ante cualquier movimiento
son signos que delatan la presencia de mis antepasados
que regresan para proseguir el rito
de hundirse entre las paredes y los techos
Soy vigilante de una antigua ceremonia
que posee en el más antiguo de la estirpe
el poder de convocarlos en la imaginación



 XXXV

LA  CATASTROFE DE LA ULTIMA REUNION

Del desastre en que se convirtió mi última relación
se origino el sujeto paciente y silencioso
que unas veces anda en bicicleta
en otras ocasiones a pie
evadiendo temperaturas infernales
Al final del día con otros iniciados
se burlan del destino que los condujo
a la incapacidad del que depende del verbo
y así mantener la ultima Golondrina de la creación





 XXXVI

EL RAYO ATRONADOR

El rayo atronador que llevo dentro
no me deja tranquilo a ninguna hora
es un deseo por materializar en la gramática
la frustración contenida
en años de aprendizaje
Para escribir la Novela de mis correrías



 XXXVII

EL BALANCE DE LA EXISTENCIA

Haciendo el balance de mi vida
solo lo forman números en rojo
Seis hijos e innúmeras mujeres
que les partí el corazón
en etapas que suman tres lustros
Llegue hasta la desembocadura
de mi Orinoco interior Padre de todos los ríos
en compañía del más pequeño de la estirpe
meñique menino David
Junto a él emprendo el final y el fin del camino




 XXVIII

CUANTAS VECES TENGO QUE RECOGER HOJAS SECAS?

Soy un seguidor de Walt Whitman práctico
recojo Hojas de Hierbas secas
tres veces en el año
las Ceibas y el Framboyán
se desnudan hasta el final de la vida
Mientras tanto las recojo las volvemos estiércol
Así de simple es la noria de mi existencia
Cuando no haya hojas que meter en una bolsa
seré tierra amarilla
del glorioso solar de mis antepasados



 XXXIX

A VECES QUIERO RETORCERLE EL CUELLO

 Por momentos me provoca tocarme el falo
para torcerle el cuello al Cisne negro
que solo canta en los días finales de su existencia
Curicó y La Victoria son campos minados
de mi aventura vital
Con un falo tiznado
como llave para introducir
en reinos del cuento maravilloso
Observo cómo se acelera el fin


 XXXX

EL MISTERIO DE LOS VOLCANES DE MALABO

El misterio de los volcanes de Malabo
sobre el Estrecho de Biafra
en el Mar de Nigeria
Con Gilberto Abril Rojas vimos una noche
en el living  de un Hotel en Ebebiyin
a María Salome que iba rumbo a Abisinia
al mismo redil del Rey Salomón
y al Príncipe de los enfam terrible Arthur Rimbaud



 XXXXI

LA TIERRA DISUELTA A TUS PIES

Cuando la tierra se disuelva a tus pies
No será por la teoría de Stephen Hopkins
Más bien seria por tu impericia
de navegar en Mar picado
en los trópicos traicioneros
a los que sobrevivió Cristóbal Colon
En tres viajes Atlánticos


 XXXXII

CUANDO NO HALLA PISCA DE VIDA

Cuando la vida se me acabe
Y no pueda ver mis series de televisión
Orinar varias veces  en la noche
Escogeré la incineración de cadáver
Tu  saldrás muy temprano en la mañana
A llevar al pequeño David a la Escuela
Y  te hara la misma pregunta
Cuando vendrá el Pastor de Hombres?



  XXXXIII

NUNCA ME DETUVE A  OBSERVAR LA LUNA

Como todo poeta que se precie
Observara  la luna con frecuencia
Y le cantará al oleaje y las mareas del Mar Caribe
Ese no será mi problema
Porque abuso de la imagen
Mi rechazo al Océano y a la noche
La herede de mi padre que prefería
encerrarse temprano en la habitación penumbrosa



 XXXXIV

SOY INCAPAZ  DE ELABORAR UN DUELO

Después de tanto tiempo de ser abandonado
por mi mujer blanca y atractiva
Como debe ser la hembra de un poeta
Hoy, en las postrimerías de la vida
no acepto la condición  de abandonado
Las recetas  a mi desconsuelo
El ahorcamiento y el envenenamiento
no figuran en mi agenda
Prefiero recoger Hojas de Hierbas
Como el Canto de Whitman y ver series de televisión



 XXXXV

DESDE LA MAÑANA INTEGRO LA OPACIDAD

Cuando salgo en bicicleta todas las mañanas
para recorrer la pequeña urbe
En los mismos lugares con la misma gente
practico el rito antiguo de una tribu
que se negó a regresar a Curazao
Cruzó las altas montañas que sirven de lindero
al Estado Lara y en el viejo cementerio del Torrellas
un Monumento en forma de obelisco
guarda una placa que solo dice Jacobo Curiel




 XXXXVI

NUNCA CANTO AL MAR NI A LA LUNA

En mi lenguaje no hay metáforas gastadas
ni alusión a las noches penumbrosas
ni mares embravecidos ni poemas de amor
Solo casas abandonadas y objetos desvencijados
La claridad que hiere las pupilas del semiárido
dibujan la silueta de espalda de la Madre dictadora
tejiendo los calcetines de los descendientes
de los herederos de la diáspora



 XXXXVII

EL LENGUAJE QUE REMEMORA EPICAS

Soy el único representante
de un momento transicional que su canto
no habla de epopeyas banales
ni de héroes circunstanciales o falsos dioses
Verlos en el Cuartel San Carlos
sentados en muebles de mimbre
clamando justicia, temiendo por el futuro
Me hizo aborrecerlos
Toda esa historia truculenta está en mis diatribas




 XXXXVIII

EL VERBO QUE NO CESA

Cuando el verbo se agote que no será nunca
Vendrán nuevos héroes
con sus manuales incluidos
Esto que le ocurrió al tinglado
sin creer que la historia es lineal
Nos hace recordar la invasión de las Armadas
más poderosas del mundo a mi rezagado país
Las grandes potencias se adueñaron de las aduanas
cobrándose y dándose el vuelto



 XXXXIX

LA VOCINGLERIA QUE AGOBIA

La perorata destemplada de los amos
pretende impedir que las aguas
se salgan de cauce y se lleve todo a su paso
Todos los días cuando recorro la urbe en bicicleta
presencio pequeñas revueltas y conflictos
Así ha de ser la erosión de la patria



  XXXXX

CIERRO ESTE RECUENTO NO SIN ANTES

Después de pasar revista a la realidad quemante
no avisto solución duradera a la vista
Pongo punto final a mis notas de viaje
con el entendido que el lenguaje perdurará
No olvidemos que esta es una cultura documental


   

Carora, 21 de mayo de 2015
En la muy noble y leal ciudad de Carora.Raiz de mi heredad