domingo, 24 de diciembre de 2017

LA PENSIÓN DE LOS HAMBRIENTOS

Para Libros en digital es un honor traer a sus páginas virtuales La Pensión de Los Hambrientos; el nuevo libro del escritor curarigüeño Pedro Jesús Meléndez, en el mundo de la literatura: Jesús Meléndez. Apasionado a las letras, oficio al que le confiere buena parte preponderante de su tiempo. Ha publicado La Muerte de Las Golondrinas, novela de corte costumbrista y de contenido ambientalista con la cual participó en el Rómulo Gallegos; además del libro de relatos: Cuentos Urgentes. En Pensión de Los Hambrientos, cuentos, sus personajes son seres marcados por su entorno, casi anodinos, tratando de escapar de su inexorable tragedia. El autor rescata la oralidad  para sumergirnos en el submundo de sus personajes que se enfrentan a la cruel situación social que los envuelve, retratando las escenas de la cotidianidad venezolana. Sin dudas un excelente libro.




EL ARREGLADOR DE PROBLEMAS
Domingo es el jefe de un extenso pueblo del Estado Lara y que tiene muchísimas aldeas y caseríos,  muchísimas aldeas unas con muchos habitantes y otras con poco habitantes. Domingo el jefe tiene muchos años mandando o gobernado muy bien este pueblo.
Tiene cinco ayudantes principales que colaboran para que todo marche perfectamente bien. Los ayudantes tienen cada uno su caballo para recorrer cada quien su jurisdicción que le fue asignada y cada uno tiene su nombramiento oficial, como tal. Llega el mes de diciembre, mes de parrandas y de tomar mucho aguardiente, de bailes, de dar y recibir aguinaldos como también se presentan cantidades de problemas, problemas que son llevados hasta el jefe Domingo, para que les de solución a cada uno. _Ayudante Marcial Pérez, usted me dice que en las Aldeas de Mata Larga, se han presentado problemas?, dígame: ¿Qué clase de problemas son esos?_ Le informo jefe Domingo, que las aldeas de Mata Larga, tienen problemas graves, a consecuencia de que hay una epidemia de odio, mucho odio, el cual parece que fue causado por la picada de unas abejas africanas. _ Muy bien, ayudante Pérez, vaya al depósito de AMOR PROFUNDO Y SUBLIME, que le llenen varias garrafas y lo riegan por todas las aldeas de Mata Larga. _Me gusta esta solución, jefe Domingo, porque es que esta gente desde que amanece están peleando de palabras pero también se llegan a golpear, y hay casos donde salen a relucir hondas de cazar y garrotes encabullados. _ Muy bien,- ayudante Pérez, vaya  y hace lo que le digo y veremos el resultado muy pronto.
Que pase ahora el ayudante Jacinto Rivero. Dígame Jacinto ¿Qué pasa en las aldeas  y caseríos de Calembe Viejo? _ Mire, Jefe Domingo, lo que pasa en las aldeas de Calembe Viejo, es que unos vecinos encontraron enterrado un baúl de morocotas y plata, y los que lo encontraron dicen que eso es de ellos, pero toda la comunidad dice que es de todos, y no hay manera que se pongan de acuerdo. _Bueno, aquí lo que hay que hacer es traer ese baúl para acá, y ustedes van al depósito de tranquilidad y resignación y que le llenen cuatrocientos botellas de esa agua y las reparte a cada uno para que se tranquilicen y se resignen como debe ser. _ Así lo haré señor Domingo y esperemos que esto de un buen resultado. Que pase ahora el ayudante Pedro Miguel, dígame, señor Pedro Miguel ¿Cuál es el problema que presentan las aldeas y caseríos del Cerro de Boca Grande? _ Mire jefe Domingo,- lo que pasa en las aldeas de Boca Grande, es que se aparecen a medianoche unos espantos, que gritan horriblemente, y no dejan dormir a los vecinos y tampoco pueden salir a trabajar después de las siete de la noche, porque a esa hora y hasta las seis de la mañana, los espantos andan por todas partes, y la gente tiene mucho miedo. _Caramba, amigo Pedro Miguel, este caso está bien delicado, para arreglar, pero de todas maneras, a mi entender, y a mi buen saber que tengo, vamos a darle esta solución: Yo lo que creo, es que algunos vecinos estén tratando de asustar a la gente, para que abandonen estas tierras, que son sumamente buenas para la agricultura. Consígase usted, unos sacos de ajos y reparte a cada casa , un kilo de ajo y lo cuelguen en la puerta por dentro y por fuera, y que pongan también una cruz de palma, junto al kilo de ajo, y lléveles también unos trescientos litros de agua contra el miedo, para que ellos no tengan temor y salgan a darle batalla a estos espantos, y ya veremos el resultado. Que pase ahora el ayudante Atanacio Primera, adelante señor Atanacio Primera, dígame ¿Dígame que pasa en estos tiempos de navidad en todos los caseríos de la Carretera Panamericana? _Mire jefe Domingo. lo que pasa, es que los habitantes de todos los caseríos se quejan porque en estos días y durante todo el año están sufriendo por la hediondez que emana de los cadáveres de trescientos y cuatrocientos cadáveres de perros que han botado a lo largo de la carretera y se quejan con mucha razón, porque estos perros tienen que botarlos en el crematorio  municipal. _ Bueno, ayudante Atanacio,  este problema está como muy difícil de resolver que el problema que presentó el ayudante Pedro Miguel, pero la solución va a ser la siguiente: Usted y unos diez vecinos van a vigilar la orilla de la carretera, y al primero que vean botando animales muertos, le dicen que está multado con mil bolívares, y que los tienen que pagar de una sola vez, y así se le hará a todo el que infrinja esta ley. Eso sí!, tienen que hacer guardia también de noche…
Por último para el quinto ayudante el cual explica que el problema  que hay en los caseríos de la zona de Arepa Cuadrada, es que los vecinos dicen que tienen una gran producción de frutas, maíz, y granos, pero que no consiguen por ningún lado la leña para poder cocinar. _Mire, ayudante Juan Chirinos, dígame que fue lo que usted no hizo que se complicó esta situación? _Caramba, jefe Domingo, usted no me va a creer, pero esto parece cosa de magia, porque aquí hay demasiada leña, y yo nose lo que ocurrió. _Bueno, entonces lo que hay que hacer es que usted vaya con tres vecinos a que el brujo de Arepa Cuadrada y le dicen de parte mía le busque una buena solución a este problema. _Muy bien, jefe Domingo, haré lo que usted me ordena y veremos qué tiempo transcurre para que la gente vuelva a conseguir leña para cocinar.
LOS DESTRUCTORES
Se hacían llamar los defensores de los pobres y los desamparados. Su consigna de combate era triunfar sobre los árboles frutales, especialmente el mango, porque sostenían que el color de su fruto era dañino a los pobres. Su color amarillo según su significado representaba la riqueza y la riqueza es mala, mala porque contamina el alma y el corazón. Estos individuos se reunían fuera de la ciudad en una especie de cueva al pie del cerro más alto. Desde allí salían con el fin de destruir los árboles. Y por supuesto llevaban las herramientas en las manos: hachas, cuchillos, machetes, gasolina, fósforos y sierras eléctricas, que sirvieran para destruir. Adelante, adelante con la frente en alto! defendamos a nuestros hermanos del mal, tan poderosos como son esos árboles que producen el mango.
Llegaron al primer cruce de caminos y desde allí dispusieron dividirse en cuatro grupos. El primero iría al sur, hacia un pueblo llamado “El Manganero”, donde se cosechaba hasta cien mil kilos de mango a la semana. El segundo grupo se dirigió hasta el pueblo “El Mangal”, situado al norte donde las estadísticas que llevaban producían hasta 500 millones de kilos de mango al año, los cuales enviaban a Canadá  y Norteamérica, donde eran apetecidos más que en Europa. El grupo que se dirigió al Este buscando los mangales de Portuguesa tuvo inconvenientes para trasladarse porque la carretera estaba cerrada por una huelga de brujos que protestaban la detención de su presidente y por otros motivos. El último grupo que iba hacia el oeste en busca de los mangales  del Estado Zulia no tuvo problemas por cuanto consiguieron transporte en los camiones que regresaban de Barquisimeto de llevar grandes cargamentos de mangos.
Estos mismos camioneros les decían que era bueno que acabaran con los sembradíos de mango porque ellos estaban cansados de transportar tanto mango por toda Venezuela y no querían seguir cargando mango porque ya habían comprado camiones y gandolas y autos de paseo pero que era una vida muy dura y a lo mejor se compraban unos edificios para alquilar apartamentos. Cuando llegaron a los mangales de Bachaquero, Mene Grande, y otros pueblos, se comunicaron por medio de radios transmisores para darle comienzo a la destrucción de los mangales. Los sembradíos después de cortados inmediatamente fueron incendiados y luego los destructores dieron comienzo a grandes comilonas de parrilla ya que los dueños de los mangales les tuvieron que regalar bastantes cabezas de ganados para que comieran bastante carne asada y celebrar el triunfo sobre los mangos porque hasta ese día fueron enemigos de los pobres y los desamparados. Cuando la tarde  comenzó a caer en todos los frentes llamados de batalla contra los mangales una gigantesca nube de humo y ceniza cubría todos los frentes de exterminio  y allá lejos casi cerca del mismo infierno miles de niños, niñas, adultos y toda clase de animales regaban de lágrimas el suelo por aquella injusticia contra el medio ambiente y contra la ecología de la patria llamada Venezuela.

  

JUAN EL BRUJO
Este brujo conocido desde Portuguesa hasta la región de Carora obtuvo su fama desde el día que le dio un número de lotería para jugar a Diocelin Villanueva en el pueblo de Aregue.
Desde ese día que Diocelin le hizo la consulta “Juan El Brujo” se convirtió en el más famoso en el centrooccidente de Venezuela. No se sabe a ciencia cierta sí fue que los planetas giraron hacia el centro de la bola de cristal  allá en Aregue o fue otro fenómeno que tuvo que ver con esta concentración de tanto poder. Lo cierto es que Juan el brujo le dijo a Diocelin se jugara el triple 333 para la lotería del Zulia y se pudo sacar nada más y nada menos que mil millones de bolívares cuando la plata todavía valía. Dicha mujer se pudo comprar dos quintas en Maracaibo, una en Caracas y una en Barquisimeto.
La fama corrió y corrió que traspasó y traspasó la frontera de Colombia y como en esos días se celebraba el congreso de brujos no recuerdo en que ciudad colombiana, pero lo cierto fue que dicho congreso le otorgó reconocimientos y condecoraciones a este brujo.


  EN TIEMPOS DE LOS ADECOS      
Llegó un señor a la bodega más surtida del pueblo y él dice al dueño: ¿Señor tiene lecha blanquita, blanquita? y contesta el bodeguero: Sí tengo leche blanquita, blanquita. Entonces deme dos kilos. ¿Tiene azúcar blanquita, blanquita, pero que sea del Central La Pastora? Sí tengo azúcar blanquita, blanquita, del Central La Pastora. Entonces deme cinco kilos. ¿Y tiene chicha blanquita, blanquita? Sí tengo chicha blanquita, blanquita. Entonces deme un litro.
El solicitante agarró sus tres cosas, las guardó en un morral y de una vez que sale dijo: Muchas gracias señor, que Dios le pague.
Epa, señor, ¿Qué pasa, no me va a pagar lo que me pidió? Pero señor, yo le pregunté y usted me dijo que sí tenía, y yo le dije que me diera, yo no le dije que me vendiera.


 LA PANDILLA
Llamaron y reunieron al pueblo, escogieron a los peores malas conductas, desalmados, ladrones, malhechores y todo lo que fuera la propia basura. De una sola vez les dijeron: Vamos a liberar este pueblo y todos los pueblos de esta región. Los armaron de escopetas, revólveres y machetes. Se fueron por los caminos y carreteras y comenzaron a saquear, robar y todo tipo de mal, después a comer parrilla de buenos ganados y gorditos. 

 EL MECATE
Amigo ¿Usted me puede vender medio metro de mecate del último hombre que se ahorcó en esta ciudad? Lo necesito urgentemente.
No se lo vendo, se lo cambio por una morocota.             

  
LOS LENTES
Señora Juana hágame el favor de empeñarme estos lentes por medio kilo de caraotas porque no tengo nada para darle de comer a mi familia. Pedro tocaba la puerta de una vecina y sin que ésta abriera le repetía una y otra vez la misma pregunta. Señora Juana, por favor empéñeme los lentes.
Así estuvo largo rato y nada que le respondía, hasta que se le ocurrió mirar por el ojo de la cerradura y vio que la señora Juana guindaba de un mecate en la sala de recibo.


 LA SAYONA EN PELOTA
Un mujeriego de esos que viven pensando solamente en el sexo, está parado en la esquina de la Calle El Río, frente al Matadero Municipal del pueblo de Curarigua.
Está completamente solo, esperando que aparezca la mujer que por cierto es ajena. El mujeriego avista a una mujer como a cincuenta metros y comienza a llamarla por su nombre. Carmen mi amor, apúrate que ya no aguanto esta pasión que siento por ti. La sombra que asemeja una mujer apura el paso hasta llegar donde está el mujeriego y se le hecha en los brazos diciéndole mi amor te quiero Pero cuando habló le brillaron los ojos con un rojo encendido y echando candela y humo por la boca. El mujeriego sólo atinaba a decir Ave María Purísima, Virgen del Carmen Bendita!  y sale disparado como un cohete como a una velocidad de setenta kilómetros por hora hasta llegar a la iglesia de Santo Domingo del mismo pueblo.  Está sumamente cansado y todavía muy asustado. La noche sigue oscura, los perros ladran y por allá como a trescientos metros por la calle El Cerro van los obreros que van a trabajar a los trapiches de caña. De pronto se le acerca una mujer vestida de blanco con muchas lentejuelas, bonita y de cabellos largos y el mujeriego se le acerca y le dice: Mi amor, tú sí eres bonita!
Acabo de llevarme un susto en la esquina del matadero, se me apareció una mujer  que parecía bonita pero cuando me habló era el mismo diablo, tenía los dientes muy largos y me asusté tanto que de vaina estoy aquí! Y lo que parecía una mujer hermosa se quitó la bata blanca con lentejuelas y le preguntó: ¿Y sería así como yo? El mujeriego al ver que tal mujer era un esqueleto con el dientero pelado cayó desmayado.

 EL HACEDOR DE COLAS
Cola, cola, cola a la orden la cola! Se hace la cola barata. Barata? Señor, qué clase de cola es esa que usted ofrece y cómo es eso? Es muy fácil, señora, usted me paga doscientos bolívares, se mete en este puesto y le aseguro que va a comprar todo lo que necesita. Ah, diablo!  y a vaina buena!, tome los doscientos bolívares y dígame:
¿ Qué voy a hacer?. Nada, esto es más fácil que darle una pedrada al suelo.
Se hicieron las ocho de la mañana, las diez, las doce y nadie entraba a comprar, porque la mercancía que ofrecieron no llegó…


 EL RABIPELADO
Ahí va, ahí va, vamos a agarrarlo, es un rabipelado, está gordo, vamos rápido que esa carne es muy buena. Vamos, vamos, allá va, allá se subió. Dale un trancazo.
Ya estuvo, se jodió, a pelarlo para hacer las hallacas porque no hay plata para comprar carne de res ni pollo, ya está listo, a sacarle el almizcle y las tripas. 


 Y DIOS LO OYÓ
Un anciano frente al abasto más grande de la ciudad se hincó de rodillas y pidió a Dios que le concediera tres favores aunque fueran las últimas cosas que le concediera. Pidió por los tres clavos de Cristo que consiguiera dos kilos de harina de maíz, segundo que consiguiera un kilo de leche en polvo y que consiguiera dos kilos  de azúcar  y pidió que saliera rápido. Todo fue un milagro porque entró y compró todo en menos de una hora.


 UN PUERTO EN CARORA
Hablaban cinco importantes hombres del vicio en la Plaza El Néctar de la levítica Ciudad fundada por don Juan del Thejo y refundada en 1572 por don Juan de Salamanca.
¡Nosotros, los caroreños, hemos perdido demasiado tiempo y mucho dinero teniendo una gran riqueza en esta quebrada, esto vale mucho dinero, demasiado dinero,  esto, se puede comparar con el petróleo. ¿Y cómo es eso, vale Juan? Bueno, lo que hay es que invertir y de una vez hacemos un puerto de embarque. Canalizamos la quebrada y recogemos en grandes depósitos toda esta porquería y la mandamos al Japón y China, porque allá procesan toda esa vaina y para acá nos van a llegar los verdecitos. 

 LA ESCASEZ
Por caminos y veredas, por valles y cerros no se conseguía un venado, no se conseguía un burro, pero sí se conseguían esqueletos y quijadas de burro, cachos de venado y muchos cueros de reses. Cuando esto sucedió decían que fueron los mejores años de los pobres y que ellos cargaban maletas por carajazos.


 PETROLEO EN CARORA
Dicen los técnicos petroleros que se reúnen en La Plaza del Néctar que en Carora hay mucho petróleo, porque es el motivo que hace tanto calor y que estamos muy cerca y vecinos somos del Estado Zulia.
Los más sabios calculan que en Aregue lo que hay es petróleo del liviano y que ese pueblo tiene para estar igual que Ciudad Ojeda. Lo que pasa es que el Gobierno no le mete la mano al pueblo de la Chiquinquirá.


 LA PENSIÓN DE LOS HAMBRIENTOS
El problema mío era de extrema gravedad, porque en mi casa no había alimentos, de ninguna clase, puedo decir sin mentir que sólo me acompañaba desde hacía ocho meses una lata de sardina que presentaba estado de abandono; pues estaba como se dice “abombada”.
Me fui hasta “La Pensión de Los Hambrientos”, con la esperanza de conseguir algunos alimentos, como no llevaba suficiente dinero puse mis esperanzas en que todo estuviera bien barato; porque esa es una de las grandes virtudes de nosotros los pobres, vivir de muchas esperanzas.
Salí de mi casa, a las doce de la noche, con los ojos bien abiertos y evitando caer en manos de los atracadores, de esos que pululan por las calles de la ciudad, y sólo con un viejo cuchillo, que heredé de mi padre, y que en varios años no lo había usado. Me encomendé a Jesucristo y a paso rápido llegué hasta la llamada “Pensión de Los Hambrientos”. Saludé a varias personas que habían llegado desde el día anterior y entre medios dormidos y medios despiertos comentaban: Yo quiero comprar siquiera café, porque desde hace mucho tiempo en mi casa no tomamos café porque ni para remedio se consigue.
_En el último velorio que tuvimos no logramos conseguir absolutamente nada, y ni siquiera cucuy, porque precisamente el difunto murió de una borrachera. _Yo quiero conseguir unas caraoticas, porque hace meses que no sé lo que es una caraoteada. _Yo ni caraotas, ni quinchonchos, ni frijoles, sólo suero, suero y más nada. _Yo ni suero, ni carne, ni caraotas, ni nada de nada; a veces me pregunto cómo es que sigo existiendo en este mundo.

 JESÚS MELÉNDEZ

 Curarigua. 1.939. Novelista y cuentista. Escritor de dilatada carrera, durante años este vendedor de libros a transitado todas las estaciones de la escritura: "La Muerte de Las Golondrinas"1.998 (Novela): "Cuentos Urgentes";2006. Por sus páginas desfilan una galeria de personajes atormentados y difusos; meretrices y proxenetas; fauna grotesca no a la manera de Pocaterra, al contrario estas figuras esperpenticas están satisfechas con su destino. Nadie está inconforme por ser marginal, anodino, todos viven en un tinglado circular y horizontal. Nadie rompe el anillo de hierro del destino, todos son coprofagos, quieren terminar su fugaz vida en Uribana y la antigua Sabaneta de Maracaibo: penales-universidad "La Grande", en el argot gansteril, mara-santucha. Mientras respire prestaré mi voz a estos roedores, sí antes no me mata la contaminación, el ruido, y la matraca de las diversas policias. Dice el oficiante de la palabra en la Esquina diabólica de la Francisco de Miranda, que como ombligo del mundo, arremeda la falsa realidad de la Venezuela en combustión. 




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